Tú eres perfecto.
El doctor Moon les explicó la forma correcta en que Jungkook debía morder a Jimin para que la marca no fuera permanente, les habló un poco de los cuidados que debe tener la marca y de los cambios que tendrían en su relación durante el tiempo que la marca dure, no son demasiados.
—Si la marca dura más de dos semanas sabremos que es permanente —advierte—. Deben hablar mucho de esto y saber si lo harán, en caso de que no quieras una marca aún, Jungkook tendría que venir al hospital para pasar su celo y mantenerlo en vigilancia, pero... —su rostro era serio y evitaba hablar mucho del final que los tres conocían bien.
—Claro, no será necesario —habló Jimin después de mucho tiempo de permanecer en silencio, su voz era ronca por la enfermedad, Jungkook lo miró indeciso—. Gracias por todo, doctor —sonrió honesto hacia el beta—, lo veremos luego —se despidió y se levantó del asiento junto con el alfa para salir del consultorio.
—Amor... —el ojiverde trató de hablarle cuando estaban alejados de la puerta pero el menor negó y le dejó un beso en sus labios para después voltearse y estornudar tiernamente con un pequeño 'achoo'.
—Estaremos bien —le restó importancia al asunto cuando volvió a hablar—, hablaremos en casa, pero primero debes acompañarme al consultorio de Hoseok y al centro comercial para comprar los regalos de su cachorro —sus ojos brillaban y el alfa suspiró rendido, sabe que la marca es un tema complicado para ambos, no quiere morir pero aún es demasiado pronto para marcar a Jimin, el omega aún es muy joven y por eso precisamente cree que es buena idea que se distraigan de ello.
—Bien, vamos —apretó la mano del ojiazul y se encaminaron hacia el área de cirugía cardiotorácica, ésta vez dieron el nombre del omega y se sentaron en la sala de espera para que el médico los llamara.
—¡Hola, Minnie! —saludó el alfa ojimiel acercándose a ellos, se inclinó hacia el omega y lo estrechó en un abrazo, Jungkook por supuesto se incomodó un poco por ello, aunque forzó su mejor sonrisa cuando el médico le estrechó la mano igual de alegre—. Pasemos al consultorio —invitó sonriente pero parecía estar pensando en algo—. ¿Minnie, puedo hablarte de algo?
Ambos se encaminaron unos pasos alejados y hablaban entre susurros que molestaban al alfa puro, ese alfa estaba secreteándose con su omega y eso claramente no le gustaba para nada, su ceño estaba fruncido mientras los observaba y pronto el pasillo se llenó de olor a enojo haciendo que Jimin se acercara a él entre risillas, sus ojos lo regañaban pero seguía existiendo la diversión en él.
Al menos estaba riendo, sabe que está preocupado por el asunto de la unión, lo siente en el pecho, aunque su omega está tan contento como su alfa, las partes racionales de ambos saben que es complicado, pero ahora ve la sonrisa del ojiazul y todo parece ir mejor, no hay nada que ver a Jimin feliz no le solucione.
—Alfa, creo que es mejor que esperes afuera con Zico —pide.
—¿Puedo preguntar de qué hablaban? —lo ignoró, su tono era serio pero sus mejillas eran sonrojadas por la escena que estaba armando pero no iba a retractarse de la pregunta, tiene mucha curiosidad.
—Claro que puedes —asintió—. Hoseok estaba comentándome que tal vez no sea bueno que entres porque podrías molestarte y en vista de como te has puesto ahora creo que tiene razón —otra risa salió de su boca.
—¿Por qué podría molestarme si entro? —su ceño se frunció más furiosamente y sus ojos profundos querían matar a Hoseok quien esperaba a unos metros de distancia viendo su celular.
—Porque tendré que quitarme la playera, él tendrá que tocarme y probablemente me duela —Jungkook gruñó—. ¿Lo ves? —sonrió—. Espera afuera, ricitos —acarició su mejilla con cariño—, estaré bien —besó su mejilla y agitó la mano en despedida cuando entraba al consultorio con Hoseok.
El rizado tuvo que resignarse a aceptar eso porque era verdad, sabe cómo reaccionaría su lobo si ese alfa se acerca de más, sabe que no podrá controlase si otra persona ve el torso de su chico sin ninguna clase de cobertura y peor sería si lo lastiman, es irracional porque todo es con fines médicos, pero su lobo no se detiene a pensar en nada cuando se trata del bienestar de Jimin.
✧✦✧
—¿Cómo has estado, Minnie? —Hoseok hablaba parado a un lado de la camilla mientras Jimin se retiraba la camiseta.
—Bien, ayer encontramos a una perra pequeñita y ahora está en el departamento —cuenta feliz—. De salud bien, aunque resfriado y tengo muchísima tos y estornudos, pero pasará pronto.
—¿Jungkook te trata como debe? —cuestiona con tono serio, de sus tres amigos Hoseok es el más serio y protector así que a Jimin no le extraña que el alfa cuestione cosas como esas.
—Si, es el mejor alfa del mundo —sonríe—. Además de mi padre, tú y Tae —aclara riendo ante la mirada de reproche que le regaló el mayor.
—Me agrada que te guste tanto —asiente mientras el menor se recuesta en la camilla y el médico comienza a palpar la zona cercana a su lesión, el omega suelta un siseo de dolor—. Lo siento —aligera su toque pero continúa con la exploración.
—Descuida —le da una sonrisa que tranquiliza al ojimiel—. De hecho estoy algo preocupado —admite aunque el alfa ya lo había notado.
—¿Por qué? ¿Te hizo algo? —su ceño se frunció y dejó de examinarlo para mirarlo al rostro.
—No, él es genial y me cuida como nadie —niega y el alfa vuelve a lo suyo—. Es solo que... —realmente no sabe si está feliz, triste o preocupado, no esperaba algo como la noticia que el médico les brindó hace un rato—, Jungkook tendrá que marcarme —un estornudo termina con su habla.
—¡¿Qué?! —Hoseok retiró sus manos del torso de Jimin y negó efusivamente—. Jimin, eres muy pequeño, sé que ustedes están destinados pero, ¿enlazarse? —sus ojos miraban fijamente a los azules mientras el omega seguía recostado en la camilla—. Es muy pronto, Minnie.
—Lo sé —cierra los ojos buscando la calma—. Él y yo estábamos de acuerdo en eso, nuestro plan era hacerlo cuando yo me graduara, tenemos ese lazo del alma, no necesitamos más —suspira.
—¿Entonces? —el ojimiel lo anima a continuar.
—El alfa de Jungkook me marcará durante el celo y como es el primero después de los supresores no será una marca temporal —dice con algo de pena en su voz—. Y si yo no paso el celo con él, morirá —explica—, si me muerde antes del celo la mordida puede ser temporal pero como no sabe hacerlo es probable que termine por ser eterna —suspira frustrado.
—Minnie, si no quieres hacerlo esa no es una responsabilidad.
—No lo hago por responsabilidad, Hobi —se sienta en la camilla con sus piernitas colgando al aire, tomó su camiseta y se la colocó—. Lo amo y es mi alfa, quiero pasar el celo con él, solo... tengo miedo.
—Es totalmente válido que lo tengas, Minnie —se acerca al chiquillo y toca su rodilla, desde que conoció a Jimin lo ha sentido como su pequeño hermano. Cuando Yoongi les hablaba de él sabían que era alguien muy bueno, pero conocer a Jimin es despejar todas y cada una de tus dudas en la humanidad, es el ser humano más valioso y fuerte que existe sobre la faz de la tierra, les fue imposible no encariñarse de él y que su instinto de protección se active cada vez que lo consideren necesario—. Si no quieres hacerlo no tienes qué —con el estetoscopio comenzó a explorar en la espalda del menor buscando algún sonido peculiar—, y si lo quieres tampoco deberías temer, será temporal.
—Es que no cambia nada, Jungkook y yo ya tenemos eso que la mordida les da a las personas enlazadas —habla después de que el mayor ha guardado su instrumento—. Creo que si acepto una mordida no sería temporal, es decir, no quiero que si se equivoca al hacerlo lo consideremos un error —hace una mueca extraña al no saber explicarse—. En mi cabeza no contemplo una marca temporal, si me uno a él será permanente por gusto y no porque él no supo hacerla correctamente, ¿entiendes? —el ojimiel asintió—. Me aterra el hecho de que será permanente y tal vez él cambie de opinión respecto a mi.
—Crees que quiera dejarte —supuso, no sería extraño, él y los chicos han dudado de la seguridad que Jungkook pueda brindarle a Jimin, el alfa ha dudado toda la vida y es claro que no puede estar tan seguro de algo de la noche a la mañana, un gruñido de coraje comenzó a formarse en su interior, nadie jugaba con los sentimientos del pequeño Jimin.
—No, no es eso o bueno... —hizo una mueca extraña—. Siempre es tan lindo y atento, te juro que no hay día que no me demuestre lo mucho que me quiere, pero siento que tal vez se aburrirá de mi o descubrirá que no soy lo que busca y es válido, toda la vida me han dicho que no soy un buen omega y que nunca estaré con un alfa, solo es cuestión de tiempo para que Jungkook lo note y me deje con un lazo roto —agacha la mirada.
—¿Tú confías en él? —cuestiona simple.
—Si, totalmente —asiente.
—¿Entonces por qué dudas? —vuelve a preguntar—. Eres pequeño Jimin, sin embargo no puedo decirte que eres demasiado pequeño para una marca porque Tae y yo nos unimos cuanto teníamos 21 —sonríe al recordar a su pareja—. Además eres el chico más maduro que conozco y sé que tomarás la decisión adecuada, si tú confías en él y estás seguro, no te dejes llevar por tus inseguridades, háblalas con él —aconseja como el buen amigo que es—. Pero si no estás seguro, no avances de más.
—Gracias, Hobi —lo abrazó fuertemente—. Eres el mejor y sé que vas a ser un gran padre —besó su mejilla y al separarse vio el brillo que sus palabras pintaron en los ojos del mayor.
—Voy a ser papá, Minnie —repitió y abrazó de nuevo al omega—. ¡Estoy tan feliz! —festeja contento—. Pero suficientes abrazos por hoy, no quiero que el tipo de ahí afuera me mate dejando huérfano a mi cachorro —se burla y el menor suelta una carcajada.
—Si, también tengo que irme —sonríe emocionado pero no le revela que irá al centro a comprarles obsequios—. ¿Estoy bien? —cuestiona.
—Pues no pareces tener complicaciones post quirúrgicas y tu herida se ve bastante bien así que creo que estás dado de alta —sonríe—. Solo recuerda cuidar tu alimentación y no hagas mucho esfuerzo por unos días más —despeina el cabello del ojiazul, se dirige a su escritorio y anota algunas cosas en una receta—. Toma este jarabe 3 veces al día y cuida ese resfriado, te veré cuando vuelvas a las prácticas, Minnie —se despide entregándole la nota.
—Nos vemos, Hobi —el omega agita su mano en despedida y sale del consultorio a paso confianzudo, tiene un nudo en el estómago y eso solo le indica que Jungkook tal vez esté molesto o algo parecido, sabe el motivo y le divierte un poco, es claro que no va a jugar con el alfa, solo quiere que mantenga el control de su lobo otro poco.
Al salir por la puerta principal del hospital pudo ver a lo lejos que el rizado caminaba de un lado a otro rodeando la camioneta, movía sus dedos ansioso y mantenía la mirada en el suelo mientras Zico hablaba desde su lugar en el cofre del vehículo, el beta reía un poco al igual que el omega por la actitud del alfa. Los sentidos de Jungkook parecieron agudizarse y su mirada se clavó en Jimin, apresurado se dirigió a él y lo rodeó en un abrazo, pero retrocedió con la nariz arrugada.
—Tenemos que subir a la camioneta —lo apresura tomándolo de la mano con delicadeza.
—Kook pero... ¿Qué pasa? —no comprendía.
—Zico, espera un poco aquí —el beta se encogió de hombros y obedeció despreocupado, el ojiverde abrió la puerta y el omega subió seguido por el alfa que lo tenía desconcertado, él venía algo divertido pero ahora no sabe qué sucede.
Al cerrar la puerta Jungkook atrajo a Jimin hacia su regazo y enterró la nariz en su fuente de aroma, aspiraba con desesperación y al mismo tiempo liberaba su aroma, frotaba su mejilla con necesidad apremiante sobre el cuello del menor, todo comenzó a llenarse de tierra mojada y tabaco combinados con el sentimiento de posesividad.
—Lo siento, perdón si te asusté —dice a medias volviendo a olfatearlo—, pero olías a Hoseok y yo... —pasaba sus manos por la cintura del ojiazul y deslizaba la lengua por su cuello—, necesitaba quitarte su olor, lo siento.
—E-Está bien —dice tartamudo por las sensaciones—, pero t-tienes que dejar de hacer eso —dice refiriéndose al ataque a su cuello—, si no quieres que manche mis pantalones —su omega estaba algo susceptible y oler a Jungkook tan posesivo y territorial estaba haciendo estragos en él, un gruñido posesivo salió de la garganta del más alto.
—Lo siento —se separa sonrojado y nervioso.
—No lo sientas, está bien —responde el omega también con un color rojizo en las mejillas—. Estoy orgulloso de ti, te controlaste.
—¿De qué hablas? No lo hice, por eso ahora estamos aquí y tú hueles tanto a mi que pareces un alfa —sonríe acercándose de nuevo al cuello del chico, el tabaco opacaba a la vainilla pero a Jungkook le fascina olerse en Jimin, saber que esta ahí, presente en él provoca que su lobo se regocije de alegría.
—Si pero —suelta una risa—, al menos esta vez no lo hiciste frente a Zico o al aire libre —felicita—. Estoy orgulloso de que controles mejor a tu lobo —sonríe honesto y besa sus labios.
—Creo que no lo controlo tan bien pero al estar contigo he aprendido a hacerlo un poco mejor —vuelve a picotear sus labios—. ¿Qué dijo el médico? —sus ojos vuelven a la preocupación y espera la respuesta ansioso.
—Estoy dado de alta, solo debo cuidar la alimentación y esas cosas —se encoje de hombros—, además me recetó un jarabe para la tos y listo.
—Me alegra tanto, amor —lo aprieta más a su pecho y el omega se deja gustoso—. Me alegra que salieras de esa situación y me alegra más poder tenerte así, entre mis brazos —besa su coronilla.
—A mi también me alegra —asiente olfateando el aire, toda la camioneta olía a Jungkook y no pudo contener la risa que libera—. Kook tenemos que salir un ratito, todo apesta a ti.
—Zico no va a olerlo —se encoje de hombros despreocupado.
—Pero yo si —murmura sonrojado y el mayor entiende a lo que se refiere, libera su agarre del pequeño y abre la puerta del vehículo, los tres esperaron un poco a que el aroma del alfa se disipara y emprendieron su camino.
✧✦✧
Se encontraban en el centro comercial, caminaban tomados de la mano, sus dedos entrelazados como si fueran dos piezas de un rompecabezas, diseñadas para encajar la una con la otra de manera perfecta. Veían cada una de las tiendas sin decidirse por una para entrar primero.
—¡No sé que comprarle! —Jimin se queja con un gruñido que saca una risa de los labios de Jungkook. Ambos se veían cansados y el resfriado comenzaba a pesar en sus cuerpos, sus ojos se veían adormecidos y las narices rojas, pero continuaron con su recorrido.
—Pues tendrás que decidirte, bebé —el omega hace un puchero tierno, el alfa obviamente lo besó rápidamente—. Recuerda que dejamos a Tiza sola en el departamento —bromea un poco, la verdad es que no cree necesario volver, solo quiere que el menor se decida por algo.
—¡Oh Dios! —Jimin se lleva las manos a la cabeza por la preocupación—. ¡Lo había olvidado! —sus ojitos se aguaron—. La olvidé, Kook —su labio comenzó a temblar ante la angustia.
—Eh tranquilo, cachorrito —lo atrae a su pecho para calmarlo—. Era una broma, estará bien, ¿recuerdas que estuvo en la calle solita? Bueno, en casa no le pasará nada —acariciaba su espalda con cariño—. Tranquilo.
—Si, perdón —asiente efusivamente y se separa del rizado—. Estoy algo sensible, lo sabes —tienta sus mejillas para saber si no se le escapó alguna lágrima.
—Lo sé y nunca me molestaría —repite y entrelaza de nuevo sus manos besando el dorso de la del ojiazul—. Tiza va a estar bien mientras tú y yo vamos a comprar el mejor obsequio para ese pequeño o pequeña —sonríe hacia el chico y éste le devuelve el gesto más tranquilo—. ¿Te parece si vemos los pequeños conjuntos de ropa? —señala hacia una de las tiendas que exhibía los trajes a través de un cristal.
—¡Si! —emocionado, comienza a arrastrar al mayor hacia el lugar, sus ojitos azules brillaban al ver cada uno de los trajes—. ¡Mira este de osito! —toma un pequeño mameluco afelpado de color café que tenía una pancita de un tono más oscuro y un gorro con orejas, simulando el oso más tierno del mundo—. Tenemos que llevarlo —lo pone en su antebrazo y continúa caminando entre los mostradores.
—Mira ese, amor —el alfa da unos pasos más y alcanza un suéter verde con capucha, tenía pequeños triángulos en la espalda simulando las espinas de un dinosaurio.
—¡Awww! —exclamó el omega enternecido—. También lo llevaremos —se lo quita de las manos y lo coloca junto con el otro, Jungkook suelta una risa por eso—. Hay demasiadas cosas, es tan lindo todo —se perdió entre los objetos destinados a bebés y Jungkook se perdió viéndolo a él, ver el brillo en sus ojos y emoción es todo lo que necesita para un tener buen día, ver a su omega feliz es lo mejor de su vida y lo hace olvidar cualquier preocupación que pueda aquejarlo, hasta la gripe parece desaparecer con solo ver el brillo de sus ojos.
Jimin terminó buscando un coche para poner todas las cosas que iba a comprar, algunos biberones, mamelucos, zapatitos y un paquete de pañales resaltaban entre el grupo de artículos.
—Buenas tardes, ¿buscan algo en particular? —una chica rubia se les acercó luego de un rato, tenía unos jeans y camisa tipo polo con el logotipo de la tienda.
—No realmente —responde Jimin—, estamos comprando un poco de todo —sonríe hacia la chica.
—¡Ah! —exclama como si tuviera idea de lo que dice—. ¡Preparándose para la llegada de su primer cachorro! —sonríe en grande y ambos chicos se miran extrañados—. Muchas felicidades —toca el vientre de Jimin y él abre la boca ofendido, Jungkook gruñó porque la mujer estaba tocando a su pequeño.
—¡No estoy embarazado! —niega—. ¿Estoy gordo? —cuestiona a nadie particular—. ¡¿Lo estoy, Kook?! —Jungkook quería acabar con esa chiquilla, había arruinado la felicidad de su precioso niño y además de todo había tenido la osadía de tocarlo, tocar su vientre en la cercanía de su cicatriz, pudo lastimarlo y su lobo estaba listo para salir a atacar.
—No, bebé. Eres perfecto —niega, todo su autocontrol estaba puesto en no gritarle a la pobresilla, la chica no sabía dónde meterse al mal entender la situación, había molestado a un omega y su alfa, que además era puro—. ¿Podría dejarnos solos? Por favor —habla irritado con los dientes apretados.
—Claro, si, por supuesto —dirige su mirada a Jimin que tenía los ojos tristes—, lo siento —se disculpa y con la cabeza gacha sale huyendo del pasillo, no podía desaprovechar la oportunidad de sobrevivir que se le regalaba.
—¡¿Por qué no me dijiste que estoy gordo?! —refunfuña el menor cuando la chica ha desaparecido, da un pisotón haciendo berrinche.
—Porque no lo estás —dice simple acercándose a él y analizando que no haya malo con él aparte de su enojo, claro. Tiene que asegurarse de que esa chica no lo lastimó.
—¡Claro que lo estoy! Esa chica pensó que estoy embarazado —tenía un puchero sobre los labios.
—Eres hermoso y perfecto, eres lo más bonito que hay en este planeta, eres un ángel hecho persona, bebé —acuna su rostro y habla suavemente y besa la mueca de sus labios—. Ahora paguemos eso y vamos a casa, ¿si? —Jimin asiente pero Jungkook sabe que hay tristeza en él.
Fueron a la caja y pagaron las cosas, caminaron hacia la camioneta y Jimin seguía en silencio, esa chica había recordado una de sus inseguridades, ¿qué tal si deja de gustarle a Jungkook? Eso es una posibilidad, Jungkook rompería el lazo, cuando tenga hijos su físico va a cambiar y tal vez no vuelva a ser igual, Jimin quiere cachorros pero, ¿qué tal si cambia de opinión y Jungkook lo deja por alguien que si quiera darle una familia? Su omega estaba realmente triste por saber que todo indicaba que Jungkook lo dejaría, que su lazo no sería duradero y solo sufrirían por el abandono, quiere ser marcado por Jungkook, confía en él pero el miedo no lo deja aceptarlo.
✧✦✧
Al llegar al departamento, fueron recibidos por una preciosa bola peluda que movía la cola contenta por verlos entrar. Jimin la tomó en brazos y la apretó contra su pecho mientras ella tiraba mordidas al aire de manera juguetona haciéndolo sonreír.
—Pediré algo para comer, ángel —avisa Jungkook y besa sus labios para perderse en la cocina, el alfa prefirió dejar que el omega planteara sus pensamientos, no le preguntó nada cuando salieron de la tienda y tampoco durante el camino, dándole su espacio, ya tendría tiempo para hablar con él de sea cual sea su problema.
Jimin se tiró en el sillón de la sala de estar con una manta sobre las piernas y comenzó a acariciar el pelaje de Tiza que se adormeció un poco entre los mimos pero luego se levantó juguetona y corrió al otro sofá, a pesar de eso el ojiazul no dejaba de lado sus líos mentales, no sabe cómo comenzar a hablar, tiene un nudo en la garganta por la preocupación y desesperación, pero su omega no ha avisado a Jungkook porque es lo que menos necesita en ese momento. Tiene miedo, miedo de que Jeon lo deje, miedo de no ser lo que él espera y que termine rompiendo el lazo, temor de que sea demasiado precipitado unirse y ambos resulten lastimados al separarse pero lo aterra más perderlo para siempre de manera irreparable, ama a Jungkook con toda su alma, está seguro que fueron diseñados para estar juntos pero a veces el destino se equivoca y tiene miedo de ser parte de esos errores.
—Dime lo que piensas, amor —sus cavilaciones fueron interrumpidas por unos brazos rodeándolo desde la parte trasera del sofá, Jungkook permanecía de pie y enterraba su rostro en el hueco que se forma entre el hombro y el cuello de Jimin—. Sea bueno o sea malo, lo solucionaremos —y al parecer si es lo que necesitaba, sentirlo cerca lo relaja sobre manera.
—Es sobre lo que dijo el doctor Moon —avisa y Jungkook asiente separándose de él.
—Bien, voy por unas tazas de té y vuelvo para charlar —acepta, sabe que éste momento del día iba a llegar, aceptará lo que Jimin tenga que decir porque para ser sinceros, está demasiado aterrado para refutar cualquier idea que al omega pueda ocurrírsele, además si él se negara a recibir su marca no hay nada por hacer, respetará su elección y se esforzará por seguir vivo para disfrutarlo mucho más tiempo y ganarse esa unión. A los cuantos minutos volvió a la sala y se sentó al lado del menor entregándole la taza con la bebida caliente.
—Yo... No sé cómo decirlo —agacha la cabeza y deja la taza sobre la mesa.
—Solo dí lo que quieras de la forma en la que quieras, amor —también deja de lado su recipiente para tomar su mano y entrelazar los dedos—. Yo trataré de comprender tus ideas —sonríe tranquilizador.
—Si yo no quisiera tener hijos, ¿me querrías igual? —Jungkook lo mira extrañado por no saber a qué va eso, pero lo deja seguir—. No me malentiendas, yo quiero cachorros pero... ¿qué tal si cambio de opinión en el futuro? ¿Qué tal si no soy lo que tú deseas? ¿Qué tal que me pongo gordo y feo y dejas de quererme? ¿O qué tal si descubres que no soy tan bueno en alguna cosa y ya no te gusto? —suspira cansado—. Mi punto es que, tengo miedo de no ser lo que tú esperas que sea, tengo miedo de que me dejes con el lazo roto y sufriendo por ti, te amo demasiado para ver que me dejes —de sus ojos caían unas lágrimas.
—Oh mi amor —acunó su rostro y deslizó la lengua por sus mejillas para retirar las lágrimas—, tú nunca vas a dejar de gustarme —niega—. Como respuesta a tu primera pregunta te diré que a mi no me importa tener hijos o no, esa es una decisión que tú debes tomar porque eres tú quien los llevará en tu vientre y, ¡Luna! Yo sería muy feliz si tuviéramos cachorros pero si tú no los quieres, no me inter...
—Pero no te daría una familia —interrumpe.
—Amor, mi familia eres tú —besa sus labios y continúa—. Tú eres todo lo que necesito por el resto de mi vida, si tenemos cachorros seré muy, muy feliz pero nuestros hijos serán nuevos integrantes de la familia que tú y yo ya somos —Jimin se acerca más a él para abrazarlo y esconderse en su cuello, Jungkook lo acomoda adecuadamente sobre su regazo, Tiza solo los observaba desde el otro sillón moviendo el rabo lentamente—. Te amo por lo que eres y con los cambios que quieras tener en tu actitud o físico, te amo por tu alma y no por los hijos que vayas o no a darme —besa su frente algunas veces—. Eres todo lo que yo quiero y más, amor.
—Pero si un día me pongo feo y...
—Tú siempre serás lo más hermoso que mis ojos verán —toma su mano y besa el dorso con delicadeza—. Comprendo las inseguridades que puedas tener, bebé, pero eres perfecto tal como eres y te lo recordaré a cada momento si es necesario.
—Te amo, ricitos —olfatea más del tabaco y frota su mejilla en la fuente del aroma.
—Y yo a ti —besa su mejilla—. Y si de tener miedo hablamos, yo estoy aterrado —confiesa y Jimin sale de su escondite para verle a los ojos—. Si alguien no va a ser lo que tú mereces soy yo, Jim. Toda mi vida fui una cosa y ahora soy otra, tengo terror de no cuidarte como debo, de no ser un buen alfa y perder el control de mi lobo, no te merezco y es aterrador pensar en marcarte y que tú tengas que soportar todos mis defectos.
—En conclusión, los dos tenemos miedo —dice con una risa el omega y Jungkook le sigue.
—Eso supongo.
—Creo que me da menos miedo si es contigo —recarga su mejilla en el hombro del de rizos—. Todo es más fácil si es contigo.
—Lo mismo digo, bebé —ladea su rostro para besar los labios del ojiazul—, pero supongo que no deberíamos estar tan aterrados, después de todo si tú aceptas la marca, intentaré que sea temporal, lo prometo —y después recarga su cabeza contra la del otro para cerrar los ojos y formar un silencio cómodo.
—Lobito —Jimin llama luego de un rato y Jungkook hace un sonido para pedirle que continúe—. Quiero que me marques —el alfa lo mira a los ojos con un brillo especial—, y no de manera temporal, quiero que sea permanente.
—Jim...
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